Empezá por acá

Notas

Encantada de conocerte, soy Cecilia Lipovsek

reflexiones
MULTILATERAL Español
Encantada de conocerte, soy Cecilia Lipovsek
9:16
 

Read/Listen to the Note in English


Dicen que la vida cambia cada siete años; la mía ciertamente lo ha hecho.

♦ Nací en Buenos Aires, la gran ciudad capital de Argentina y, a los siete años, nos mudamos al campo con mi familia por el trabajo de mi papá, que es un ingeniero químico especializado en alimentos.

Así que apredí qué significa ser fuereña antes de siquiera saber escribir mi nombre completo.

La gran divisoria argentina entre Buenos Aires y el resto del país no ayudó para nada, ya que hubo quienes me admiraban tanto como quienes me criticaban simplemente por haber nacido donde nací. Mi origen me precedía. ¡Sí, en mi propio país y a tan solo 200 km de mi lugar de nacimiento!

♦ Graciosamente, cuando volvimos con mi familia a Buenos Aires en mi adolescencia, inmediatamente me convertí en "la chica del campo"; una fuereña en mi propia ciudad. ¡Ay los estereotipos culturales!

Incluso en los festejos de los diez años de egresados de la escuela secundaria uno de mis compañeros de clase que, entre otras cosas, escribe guiones de comedia para la televisión, hizo un sketch sobre mi mudanza a la gran ciudad. En chiste, ¡me dió un facón (el cuchillo tradicional usado por los gauchos) como souvenir! No importaba lo que dijese en mi partida de nacimiento ni que estuviese viviendo, trabajando y estudiando en mi ciudad natal, ni que no supiese andar a caballo ni labrar la tierra.

No me molestó porque lo cierto es que ya había salido ganando: no solamente hice grandes amigos en ambos lados, sino que también adquirí la habilidad de ver y entender las cosas desde "el otro punto de vista".

♦ Para ese entonces, ya estaba al frente del departamento de capacitación de una empresa argentina que brindaba servicios de interpretación remota para los Estados Unidos. Habiendo vivido esa "otredad" en carne propia me ayudó a desempeñar mi función de capacitadora de intérpretes telefónicos con mayor vuelo y, por ejemplo, sumar la interculturalidad a las habilidades de mi equipo y mirar más allá de las palabras a la hora de capacitarlos.

Durante los siete años que trabajé para esa empresa (sí, siete otra vez), acompañé a más de 200 colegas que hicieron sus primeras interpretaciones de mi mano; además de interpretar a diario yo también. ¡Estoy tan orgullosa de todos ellos!

También descubrí América Latina.

El traductorado me dió los Estados Unidos y Gran Bretaña y toda su historia y literatura maravillosas. Me dió España y sus escritores y la vanguardia literaria latinoamericana. Aprendí todas las cosas académicas importantes: semántica, lingüística, gramática comparativa y todo lo que necesitaba para poder ir a las Naciones Unidas y hacer brillar a cualquier Jefe de Estado.

Aprendí a traducir para la paz mundial.

Dada la diversidad de la población hispana de los Estados Unidos, tuve en el trabajo un asiento de primera fila para conocer la vasta cultura latinoamericana y su infinidad de acentos, regionalismos, idiosincrasias y cosmovisiones. Además, trabajábamos con cuestiones mundanas: los distintos sistemas sanitarios, legales y financieros de cada estado y de cada país; las partes del auto, las partes del cuerpo y sus afecciones; cómo funcionan el gas, el agua, la electricidad y los distintos servicios residenciales, y mucho más. No eran cuestiones académicas, sino la vida real.

Aprendí a traducir el menú del almuerzo.

Fue maravilloso.

♦ Esos siete años terminaron con una boda cancelada, una fusión de empresas en Estados Unidos que les costó a mis jefes su cliente principal y un gran interrogante sobre el futuro flotando sobre mi cabeza. ¿Se acuerdan de la escena de la película sobre el Titanic cuando tratan de evitar chocar contra el iceberg? Así fue ese momento para mí.

Boda cancelada, volví a la linea de largada y a la universidad ya que, en mi congoja, recordé que alguna vez había querido interpretar para la paz mundial.

Hice el posgrado en Interpretación de Conferencias y comencé a trabajar como freelancer. Pero a veces me sentía a la deriva así que, con el aliento de un querido amigo en el extranjero y el apoyo de mi familia y mis amigos en Argentina, respiré hondo y pegué el salto.

♦ En enero de 2015, y a mitad de camino en un nuevo ciclo de siete años, vendí todo lo que tenía (con la excepción de algunos tesoros personales que adoro), empaqué una sola valija y me mudé a Londres en el Reino Unido.

Una vez más, me convertí en fuereña. Una extranjera estableciéndose al otro lado del mundo.

Recuerdo los primeros meses en Londres como un tiempo de exploración y descubrimiento del mercado profesional, de dónde cambiarle la pila al reloj, de dónde demonios estaba en Támesis cada vez que doblaba la esquina y de qué tipo de carrera quería construir.

Y con la casualidad con la que suelen darse estas cosas, me encontré una mañana interpretando una reunión en Canning House para una delegación mexicana cuando, de repente, tuve una de las epifanías más claras y fuertes de mi vida.

Fue en ese momento que nació MCL Interpreting, después llamada MULTILATERAL.

Todo lo que había vivido hasta ese entonces me había preparado para ese momento. Mi formación, mi experiencia profesional, mi conocimiento de primera mano de América Latina y el estudio minucioso del mundo anglófono, mis fortalezas y habilidades, y mis experiencias personales de otredad. Incluso las caminatas de los domingos por Londres me habían preparado para realzar la visita de los delegados a mi nuevo hogar con consejos y anécdotas interesantes.

Siempre tuve un pie a cada lado de la brecha cultural, más allá de cuán cercanas o distantes fuesen esas culturas. Y me he pasado gran parte de mi vida adulta oscilando entre un idioma y otro, cargando con cuidado a los demás por sobre la barrera idiomática para que no haya trabas en la comunicación y para que los mensajes se transmitan con claridad.

♦ En MULTILATERAL, espero poder seguir haciendo precisamente eso: brindar apoyo lingüístico con sensibilidad cultural para los diplomáticos, empresarios y profesionales británicos y latinoamericanos.

Ha corrido mucha agua bajo el puente desde que aterricé en Heathrow y casi me pongo a llorar del miedo y la emoción. Aspiraba a mucho ese día. Y aspiro a mucho más todavía.

Creo que América Latina es la última frontera del mundo, rica en recursos naturales, en capital humano de primer nivel, en mercados de consumo sin explorar. Me encantaría verla florecer y crecer de manera sostenible con un cuidado que beneficie a todas las partes involucradas. Es un honor poder aportar mi pequeño granito de arena.

También creo que el papel de los intérpretes y nuestro aporte al crecimiento, desarrollo y, sí, la paz mundial no siempre se entiende ni se conoce adecuadamente y que "el mercado" no siempre nos ha tratado justamente. Nunca el foco de atención, los intérpretes profesionales ayudamos a resolver la desinformación y los malentendidos para que no resulten en oportunidades perdidas, conflictos o, incluso, guerras. ¿Cómo? Facilitamos la comunicación clara y ayudamos a que las conversaciones lleguen a buen puerto.

♦ Así que acá estoy, al comienzo de otro ciclo de siete años (el sexto, por si llevaban la cuenta) y apuntando más alto que nunca con la intención de usar mi conocimiento y mis habilidades en conjunto con la tecnología para que las palabras conecten mundos.

Nosotros y ellos, vos y no... juntos. ¿Te sumás?

Notas VIP

Contenido exclusivo sobre idiomas, interacción intercultural, comunicación estratégica, América Latina, el Reino Unido y más.

Registrate. ¡Es GRATIS!

También te puede interesar

Mi español argentino

El Ansiado Efecto Respaldo

No soy Superman, soy Batman

Intérpretes vs "Interpretator"

Cecilia Lipovsek
Aprendé conmigo
Sumate a la conversación
Trabajá conmigo

Soy intérprete diplomática, autora, experta en comunicaciones británico-latina y creadora de los Sistemas de Bloques y de Flujo™ y el Acompañante de Misiones™. Mi promesa es ofrecerte siempre soluciones prácticas.